Marruecos/Seguridad Un FBI marroquí



BCIJ es el Buró central de investigaciones judiciales que va a remplazar a la célebre BNPJ, brigada nacional de Policía judicial, cuyo jefe Abdelhak Khiam lo será del nuevo BCIJ que será colocada, a su vez, bajo la tutela de la Dirección general de vigilancia del territorio (DGST) de Abdellatif Hammouchi.
 
El anuncio de la creación de esta nueva estructura securitaria se ha hecho a bombo y platillo por los altos responsables securitarios y judiciales como Mohamed Hassad, Mostafa Remid y Charki Daris e incluso el general comandante de la Gendarmería Real, Housni Bensilman,, el secretario general del CNDH Mohamed Sebbar y otros y otros destacados cargos que obran en los dominios de la seguridad, justicia y derechos humanos.
Instalado en Salé (cerca de Rabat) el BCIJ se encargará de los asuntos de gran bandolerismo, tráfico de estupefacientes o armas, atentados a la seguridad del Estado, terrorismo, falsas monedas y hasta de los secuestros. Todas las investigaciones y operaciones de la nueva estructura estarán dirigidas bajo la supervisión del ministerio fiscal.
A este respecto cabe recordar que en el 2011, la ley 35 11 había conferido al director de la DGST y a sus oficiales e inspectores el estatuto de policía judicial, lo que coloca a todas las actividades bajo control del ministerio fiscal.
Los efectivos del nuevo BCIJ está constituido por personal que haya recibido formaciones en materia de derecho criminal y de investigaciones judiciales y será reforzado por hombres formados y entrenados en las técnicas de intervención más modernas, en las instalaciones logísticas y medios tecnológicos más avanzados y sobre todo en el respeto de los derechos humanos y la consideración ciudadana.
Como el resto de los países del mundo, Marruecos, debe hacer frente a las amenazas, cada vez más precisas contra su seguridad, al tráfico de seres humanos, a todo tipo de contrabando, bajo sus diversas formas y evidentemente al gran peligro que es el terrorismo.

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